lunes, 10 de febrero de 2014

Un ritmo rataplán

Un ritmo rataplán

"Ser ciudadano del mundo nos exige vivir en el cambio, llenar de amor nuestra tierra, este es el don del hombre, este es el don de dios."

Esto es lo que el mejor ser humano que conozco me enseño con música




Si bien nunca dude de la autoridad férrea multinivel de mi casa (Padre, Madre, Abuela) aquel que ostentaba el papel de eje de los Méndez sin duda era el, mi hermano Ezequiel, el “Gonza” pa sus carnales y el “cheque” para todos sus amigos.

Mediador de las broncas de nuestros jefes, escudo humano entre sus pleitos, siempre tratando de recibir todo lo que dañaría a Rosita  si, esa que ya te presenté en un cuentito anterior.

El Gonza era esa parte de la familia que al verlo nos hacía esperanzar que no estábamos condenados a 100 años de soledad, que al sentarte a echarle un choro sabías que esa familia estaba lejos del laberinto y cuando te salvaba de las sufridas permanencias voluntarias del domingo por regalarte un cachito de su tiempo, casi casi podías creer que vivías en la región más transparente del aire.

No recuerdo un tiempo en el que su presencia no me acompañe en mi andar, cuando niño él era mi “papá cheque chiquito”, el cuate que al final me ponía en paz, el que me hizo cambiar de ingobernable a soportable solo por verle dejar caer una lágrima por darme un madrazo, una nalgada. De esas cosas que te marcan, porque te preguntas qué poca madre tengo ¿Cómo pongo mal por pendejadas a alguien como este cuate?.

¿Cómo no respetas a un cabrón que aprende a tocar la guitarra nomás para que nunca y de verdad nunca más nadie pudiera callar a su jefe mientras cantaba? ¿cómo no se vuelve entrañable un hermano al que ves limpiar las herramientas de su padre de la misma manera como si fuera instrumental de neurocirujano? Muchas veces dejaba que el Marco estrenara su ropa o tocaba dormido mientras seguían las tertulias interminables del patriarca Don Cheque. El más parecido a Rosita por eso es tan guapo el cabrón.

Comedor de panes duros (costumbre heredada al Saúl) y devorador de frijoles negros con arroz.

Siempre ecuánime, tranquilo, como decía alguno de sus cuates: “Cheque siempre tiene la palabra precisa, por eso no dice groserías”, un papá fuera de serie. Yo no me hubiese atrevido a instar al cachorro a tomar sus decisiones, si no hubiera visto que el regaló a sus hijos el ejercicio del libre albedrío. Por eso es que nuestros hijos pueden juzgarnos y tacharnos de lo que sea menos de interferir en su vida.

Karateka, hermano de lujo, increíble hijo. Yo siempre quise ser alguien tan honorable (de hecho pienso que el si es un bato honrado). Con él aprendí a que si tienes una familia no se duda en dejarlo todo pero todito Mi maestro sin darse cuenta, de cómo se debe de tratar a las mujeres. Pero la neta la neta lo más disfrutable, un cantante excepcional y un brillante guitarrista. Ver cómo se bajaban los calzones las riquis al verlo cantar y tocar, me hizo darme a la tarea de aprender lo mismo y carajo! vaya que me sirvió!.

Compañero de briagas “por trabajo”, scouters de congales, pana de viajes y chambas bizarras.
Ese que me enseño de manera chida el no te hagas pendejo, a caminar pa ‘lante con “Sientate en sol” y a saber que todos los días:

"Hoy canto a la luz,
que alegra en las mañanas
cuando sale el sol,
que brinca en las ventanas,

Y me brinca el corazón,
al sentir, que la vida,
fluye en mi igual que ayer"

El que me hacía sentir que recontrachingona es la vida, porque
al final, al final “Todo tiene un ritmo rataplán”

Te quiero un chinguero hermano!

Carajo!





1 comentario:

  1. Primero decirte gracias por retomar la escritura y despues si por que no mentarte la madre,una vez más me has hecho llorar. Te amo carnal y nadie como tu para decir quien es tu familia y cada uno de sus integrantes queta

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Mientame la madre, proyectate o lo que sea, pero deja algo que me retroalimente